NUESTROS DOCUMENTOS
En diciembre del año pasado realizamos una convocatoria al conjunto de los compañeros peronistas de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de Buenos Aires, con el objeto de constituir una nueva y unificada referencia política en nuestros ámbitos de actuación. Estudiantes, graduados y docentes de las diversas carreras y áreas en que se organiza nuestro frente de trabajo nos dimos cita en el Sótano Cultural Balvanera en torno a este objetivo.
Dijimos entonces:
“Profesionales vinculados al proyecto, materialización y gestión del hábitat, de origen y militancia común, nos hemos convocado con el objetivo de constituir el Movimiento Universitario Peronista / MUP.
Nos encontramos hoy ante la histórica posibilidad de formular un nuevo proyecto nacional y regional, capaz de recuperar la mejor tradición de los movimientos populares, a la vez de reconocer las condiciones y potencialidades de un nuevo contexto.
La Universidad como productora de conocimientos debe formular nuevas categorías de comprensión y anticipar nuevos escenarios de transformación, aportando a una sociedad empeñada en recuperar y extender su justicia social, su soberanía política y su independencia económica.
La arquitectura, los diseños y el urbanismo, en su capacidad de prefigurar lo por venir, de guiar las concreciones, de comunicar permanencias e innovaciones, tienen un rol fundamental en el nuevo tiempo que queremos para nuestro País.
Desde la función pública o el ejercicio privado, desde la enseñanza o la práctica cotidiana, desde la investigación o la gestión, venimos a reforzar nuestro compromiso específico con una política de fuerte inserción comunitaria, vinculada con las herencias, preocupaciones y aspiraciones de nuestro Pueblo.
Es por eso que nos hemos reunido, para construir un espacio profesional, académico y político, en el que nuestra identidad y trabajo aporten a la tarea conjunta de consolidar un nuevo Estado y una mejor Facultad.
Convocamos a todos los compañeros a sumarse a este encuentro”.
Creemos que es tiempo de construir estos objetivos.
La situación nacional
El País está volviendo a manifestar indicadores históricos en cuanto a producción y reservas. La sostenida política económica ha posibilitado el resurgimiento tras la crisis. La reactivación creciente de las fuerzas productivas, la paulatina desvinculación de los organismos financieros internacionales, el empleo creciente y la voluntad manifiesta y concreta de avanzar en una distribución más equitativa, son signos incontrastables de la tarea que ha desarrollado el peronismo en los ámbitos nacionales y locales como protagonista de un nuevo frente nacional.
El mayor aporte es sin duda el cambio de paradigma. La especulación ha dejado de ser negocio. El ahorro interno, el crecimiento y extensión del consumo, y un flujo de exportaciones cuyos frutos son redistribuidos en políticas públicas por un Estado recuperado en su capacidad de decisión, son signos de que algo ha cambiado para bien en la Argentina.
Sin desconocer las condicionantes mundiales, el fortalecimiento de un nuevo bloque regional apunta a generar mejores condiciones relativas de independencia y soberanía, estableciendo acuerdos que profundizan la unidad latinoamericana y a partir de ella un diferente posicionamiento frente a la mundialización.
La recuperación de una memoria perdida, la mejora y extensión de la justicia, intentan compensar una deuda de la sociedad toda con su historia reciente, con aquellos compañeros que están presentes, ahora y siempre.
Frente a este proyecto integrador y mayoritario, la oposición se debate en la búsqueda de su identidad, queriendo instalar un debate sobre formas y anécdotas frente al contraste inevitable con un pasado crítico que los tuvo como protagonistas.
Si bien todo es perfectible, existen zonas grises y aun queda mucho por andar, lo cierto es que no existe alternativa concreta capaz de proponer a la sociedad un proyecto superador al encarnado hoy por el peronismo.
Es nuestra tarea entonces aportar a su cualificación, consolidación y crecimiento, desde cada ámbito específico en que nos sea dado participar.
Es necesario profundizar en la redistribución de los frutos, contemplando estrategias abarcadoras y diversificantes que definan un perfil de país productor de bienes y conocimientos, capaz de realizar su sociedad, por aquello que “nadie se realiza en un país que no se realiza”.
Estos son los desafíos del próximo período que nos encontrará nuevamente protagonizando los destinos de la Patria, convocando al conjunto de fuerzas del frente nacional a transformar la sociedad.
Nuestro Hábitat
Las políticas sociales y de obra pública que inciden sobre nuestro hábitat, nuestro principal objeto de incumbencia profesional, han retomado y aún superado montos históricos comparativos.
Los planes para la emergencia van dejando creciente paso a la consolidación de trabajo genuino e inserto en los circuitos socio – económicos formales, mientras se consolida en todo el territorio la obra fruto de la presencia del Estado y las asociaciones populares en sus diversas formas.
Los planes de vivienda, que en una primera instancia fueron pensados como modo de ocupación intensiva de mano de obra, deben evolucionar hacia la gestión integral del hábitat, donde la visión tradicional de la temática debe dejar paso a la construcción de ciudad y con ella de derechos sociales. Cualificación del entorno urbano donde se insertan los productos, articulación e integralidad de concepción en programas importantes pero dispersos, requieren actualizar las visiones en juego. El peronismo tiene sobrados antecedentes históricos en la materia que deben ser revisitados a la luz de las nuevas circunstancias y las nuevas modalidades productivas.
El fortalecimiento de la capacidad de decisión de los entes estatales como árbitro calificado entre actores, permite encarar nuevos procesos de planificación y proyecto a escala territorial y urbana. El urbanismo, la oportunidad del territorio entendido como escenario de prácticas con dimensión social y espacial, requieren del fortalecimiento de la masa crítica en los planteles técnicos, vaciados de contenido durante décadas de destrucción y abandono sistemático. No se trata de retomar fórmulas del pasado acríticamente. Por el contrario debemos recrearlas como bases desde las cuales proyectar nuevos mecanismos de gestión, concientes de su circunstancia y posibilidad actual, capaces de incidir cierta y positivamente sobre la vida urbana.
Un nuevo urbanismo, capaz de potenciar el desarrollo de las fuerzas productivas y los diversos sectores sociales, será sin duda el marco para nuevas arquitecturas, representaciones físicas de una identidad cultural compartida, donde la frivolidad de la modelística global y el imperio de la imagen acontextual, sea reemplazado por la construcción creciente de un pensamiento proyectual propio.
Los diseños por su parte son también motor sustancial de la reactivación productiva. En un mundo donde el valor de la inventiva representa un bien de cambio altamente calificado frente al desarrollo central, nuestros diseños deben además de producir objetos únicos de gran calidad, insertarse de lleno en la industria, cobrar masividad dentro y fuera de nuestras fronteras, en el desafío de tomar una incidencia creciente y concreta en nuestra vida cotidiana. Objetos, indumentarias, y mensajes deben poder generar ámbitos de inserción productiva genuina en una sociedad que se pretende inclusiva.
Es en estos desafíos pendientes, desde la actividad pública o privada, desde la enseñanza y la investigación, desde el trabajo en las distintas asociaciones profesionales, es que estamos empeñados en poner nuestros esfuerzos.
La UBA y la FADU
La Universidad de Buenos Aires frente a este panorama se encuentra aun en plena regularización. Siempre pensada desde su insularidad autocomplaciente, ha sufrido recién durante todo el año pasado los ecos de una crisis de representatividad que afectó a toda la sociedad en el 2001. Formas de gobierno que significaban progreso hace un siglo pero que hoy resultan insostenibles, el refugio en su propia estructura durante los años del desguase, la imposibilidad de construir alternativas a una forma de hacer política que acarreó los vicios de veinte años de unicato, encontraron finalmente una salida institucional, necesaria pero no suficiente, en la elección de nuevas autoridades.
Las causas de la crisis aun están allí intactas y los diversos actores no dan muestra, por quietud o intolerancia respectivamente, de querer abordar seriamente su solución. La presencia del peronismo y otras representaciones populares, releídas a la luz de sus principios originarios y no de las lógicas particulares de cada feudo facultativo, debe transformarse en una herramienta decisiva a la hora de reencausar las políticas generales, sanear la administración, democratizar las estructuras y permitir el desarrollo de proyectos alternativos al autismo reinante.
Nuestra Facultad, no exenta de este contexto contradictorio, ha decidido renovar sus políticas. El peronismo, como integrante del frente Encuentro, ha contribuido junto a los demás compañeros en el desarrollo de un necesario y esperado cambio de aire.
Los llamados a concurso, entre los efectuados y a efectuar este año, de trescientos cargos de profesores, hacia la regularización total del plantel de titulares, asociados y adjuntos; la aprobación del reglamento de concursos para auxiliares docentes; el desarrollo del Foro académico que permitió a la comunidad rediscutir participativamente las políticas; el anuncio de creación de juntas de carreras y el fortalecimiento de las áreas; la profundización de las políticas de investigación y la apertura a la proliferación de proyectos e incorporación de jóvenes investigadores; la multiplicación exponencial de los convenios con el Estado y asociaciones intermedias; las políticas de extensión social y voluntariado en marcha; la sistemática incorporación de graduados a las decisiones; la creación de una auditoría y control internos cualificando los actos de gobierno; la generación de espacios pedagógicos alternativos con un nuevo régimen de optativas, extensionistas y pasantes; la reintroducción de temáticas sociales ausentes en eventos abiertos a la comunidad; son algunas muestras de que algo está cambiando.
Sin duda todo esto no alcanza a satisfacer las expectativas depositadas en la nueva gestión. Es compromiso de todos sus integrantes redoblar esfuerzos y profundizar estas transformaciones para que la Facultad de Proyecto en la Universidad Pública sea una concreción compartida.
Convocatoria
Desde el MUP estamos convocando a todos los compañeros a sumarse a esta construcción. La magnitud de las tareas lo impone. La presencia, construcción y ejercicio permanente de un pensamiento nacional focalizado en las temáticas del hábitat debe manifestarse en el ejercicio del poder público, la actividad privada y la Universidad.
Tenemos una historia de lucha que honrar, un presente comprometido en transformaciones y un futuro de profundización que llevar adelante.
En este sentido estaremos organizando a lo largo del año una serie de encuentros de formación, discusión e intercambio de políticas profesionales y académicas. Los mismos estarán abiertos a la participación de estudiantes, graduados y docentes.
El propósito es generar un nuevo ámbito de construcción conjunta en donde todos los interesados puedan hacer su aporte.
Están todos convocados.