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1.
La globalización, con todas sus políticas de liberalización comercial, tales como las rebajas de aranceles, la dispersión de la producción y la retracción de las economías regionales, resuelve las principales exigencias de las empresas multinacionales y las coloca en una situación de completa ventaja frente a las naciones de los países económicamente emergentes.
En la llamada era de la globalización la balanza se inclina a favor del capital multinacional, ya que han sobrado los ejemplos en los cuales los Estados nacionales han cedido aplicando políticas neoliberales que al poco tiempo los han perjudicado en forma deliberada. Es el caso de la rebaja de aranceles que facilita que las operaciones de las multinacionales se den en distintos países, también las reformas financieras que han debido formular varios gobiernos o el abandonar los reclamos de un creciente valor agregado nacional, del mismo modo los procesos de privatización; la flexibilización de las relaciones laborales; las reformas tendientes a reestructurar y minimizar el tamaño del Estado, en general medidas de “apertura económica”.
Estas corporaciones transnacionales son las mismas que mediante sus representantes políticos esbozan las políticas económicas neoliberales intentando reducir en forma permanente el rol económico y social del Estado, induciendo sistemáticamente a endeudarlo y retraer las economías nacionales de manera de lograr tener el total control financiero y económico de un país. Son los que todavía inducen a enfriar la economía y dudan del crecimiento sostenido y el desarrollo de las economías regionales.
La expectativa permanente de estos grupos económicos en nuestro país es fugar capitales lo que constituye, además de un problema crónico de nuestra historia económica, una extorsión permanente sobre las políticas económicas a seguir.
Entonces no es difícil suponer el porqué de una situación de completa desventaja de naciones soberanas, frente al actual sistema financiero-económico globalizado sustentado por las empresas multinacionales y sus representantes vernáculos.
2.
Este escenario condena a nuestra economía a no contar precisamente con la reinversión necesaria para sostener el crecimiento y desarrollo necesario en el tiempo. Además de manifestar siempre, la expectativa de estos grupos concentrados de poder en cuanto a propiciar permanentemente la idea del endeudamiento mediante crédito externo y lograr la supuesta “inversión genuina” y “la confianza de los mercados”.
Sin lugar a dudas es un logro de nuestro gobierno nacional que el nivel de reservas que hay en la actualidad, luego de haber pagado deuda, haber evitado endeudamiento adicional y haber propiciado la producción y el empleo, es mayor que en cualquier período de la Convertibilidad.
Hoy las reservas del Banco Central de la República Argentina son cercanas a 30.000 millones de dólares y por otro lado la suma de las “fortunas” de los 15 argentinos con mayor patrimonio -formadas con las políticas económicas neoliberales de los 90- alcanza a los 26.850 millones de dólares, apenas por debajo de las reservas del BCRA. También es curioso que la cifra estimada de fondos argentinos en el exterior se eleve a 250.000 millones de dólares, fondos fugados básicamente durante los '90 y fundamentalmente durante los años 2000-2001, los que hoy están en bancos, compañías en el exterior, acciones de compañías extranjeras, es decir en empresas multinacionales.
Estas empresas y grupos multinacionales son los mismos que han generado todas las corridas cambiarias en los últimos años que le costaron al país un total estimado de 25.000 millones de dólares que el Central tuvo que vender. Donde el objetivo de estos grupos financieros y económicos era y es obligar al Gobierno a devaluar forzosamente, generar corridas de precios, establecer el pánico, la desconfianza y por último desestabilizar…
Ya lo habían hecho con el desabastecimiento “la mesa de des-enlace-SRA” hace cinco años durante “la 125”, o con la continua prédica de espanto y temor que intentan infundir los multimedios de los grupos Clarín, La Nación, Perfil y otros.
Estos grupos concentrados de poder son los “formadores de precios”, son los que siempre han impuesto el modelo económico para favorecer exclusivamente a sus ganancias.
Entonces cuando se discute las variaciones de precios, inflación, el precio del dólar, aranceles, retenciones al campo son parte de la misma disputa y la escena es siempre la misma, pretender imponer sus condiciones por sobre los intereses generales del pueblo argentino.
Por otro lado, la historia nos demuestra que sería ingenuo suponer que estos grupos concentrados de poder desarrollen políticas que no estén centradas en sus exclusivas y usureras ganancias como las descriptas anteriormente.
Lo que resulta absolutamente inadmisible es que sectores de la población perjudicados directamente por estas maniobras y esquemas económicos, no logren identificar a quienes insisten en reproducir las políticas neoliberales de los años '90. La respuesta a esta persistencia es producto de un continuo bombardeo mediático, el cual batalla en forma permanente, integral e indiscriminadamente en todos los aspectos de la vida cotidiana.
Su base programática es siempre la misma como ha quedado expuesto semanas atrás por la “convergencia empresarial” de corte neoliberal con una gran añoranza en volver a los '90 y difundido ampliamente por las editoriales de los grupos como Clarín-La Razón-La Nación-Perfil-Infobae y otros…
Sus ejecutores son el abanico de preferencias políticas de estos grupos concentrados de poder, ayer fueron los Menem, De la Rua y Duhalde hoy son los Massa, Macri y Carrió. Estos “ajenos de siempre” añoran una economía dolarizada y dependiente criticando la utilización de controles en la política cambiaria, siendo que estos tienen como único objetivo en la coyuntura evitar las corridas cambiarias a las que estos grupos económicos y financieros estaban acostumbrados a provocar sacando un especulativo y nefasto provecho, devorándose las reservas del Banco Central.
En síntesis decimos que sin lugar a dudas las políticas de liberalización comercial como las de rebajas de aranceles, la dispersión de la producción y la retracción de las economías regionales sólo dan cuentan de resolver las principales exigencias de los grupos económicos antes mencionados. Y que siendo una pulseada permanente tendrá su principal escenario de batalla en las próximas elecciones presidenciales del 2015.
3.
Hoy tenemos un país que ha tenido el período de crecimiento más largo de sus 200 años de historia pero sabemos, como dice la compañera presidenta Cristina, “todavía nos falta y que mientras haya un solo pobre en la Argentina, no estará cumplimentado el proyecto nacional y popular”….
En este sentido es importante repasar brevemente este permanente accionar en nuestra historia reciente. De la Rúa, en diciembre de 2001, dejaba solo 6.000 millones de dólares de reservas en el BCRA; en el año 2003 Néstor Kirchner iniciaba su presidencia con un total 11.000 millones de dólares, más del 140 por ciento de nuestro Producto Bruto Interno comprometido en deuda, con más del 54% de nuestra población sumida en la pobreza y más del 25% sumida en la indigencia, con una terrible desindustrialización.
Esta situación generó inexorablemente que uno de los puntales de nuestro modelo sea, precisamente, la acumulación de reservas entendiendo que es básica para lograr una autonomía en las decisiones de las políticas financieras la solidez en el crecimiento económico, siendo record histórico los 50.604 millones de dólares logrados en el 2012.
El país en estos años registró una fase de crecimiento permanente en lo económico, con tasas que oscilaron en torno al 9% (8.8% en 2003, 9% en 2004, 9.2% en 2005, 8.5% en 2006, 8.7% en 2007, 6.8% en 2008, 9.2% en 2010, y 8.9% en 2011), reduciendo año a año, la pobreza y el desempleo heredados en el 2002.
A pesar de las crisis internacionales del 2008-2010, tanto en Europa como en Estados Unidos, el comercio exterior argentino y en particular las exportaciones siguieron creciendo fuertemente, alcanzando en 2011 un récord de 84.295millones de dólares, incrementándose un 24% en términos interanuales.
Entre 2003/2011 hubo un crecimiento del 260% en las exportaciones de MOI (manufacturas de origen industrial), un crecimiento de exportaciones de productos primarios del 212% y 182% de las manufacturas de origen agropecuario. Sólo en la industria, el comercio y los servicios se crearon unas 200.000 nuevas empresas.
La clase media se duplicó en la última década, destacándose como el país latinoamericano con el mayor aumento en porcentaje sobre la población total (aumentó en ese periodo de 9.3 millones a 18.6 millones de personas). Durante el mismo tiempo se crearon más 6 millones de puestos de trabajo alcanzando en 2013 una desocupación del 6.4%, la más baja en 25 años.
En 2013 se destacó el crecimiento de la industria automotriz, patentándose 955.023 unidades, con un aumento del 13.5% respecto a 2012. Además, en el país se fabricaron alrededor de 800.000 autos durante ese año. Con estas cifras, la industria argentina de automotores alcanzó un nuevo récord.
En tanto la deuda externa alcanzó un piso histórico del 17.9% del PIB. Para el año 2013, el PIB creció alrededor del 5%. La CEPAL informó que Argentina es el país que más exporta de Latinoamérica ya que sus exportaciones crecieron 6.7%, frente al 1.5% del resto de los países.
En el actual modelo nacional y popular de crecimiento económico, desarrollo productivo solidario, con inclusión social, con una firme vocación de redistribución de las riquezas, hemos recuperado al Estado como herramienta de transformación por lo que se ha podido incrementar en forma exponencial el presupuesto educativo.
Nuestro gobierno puede dar cuenta de la implementación de políticas que han logrado para nuestra Nación una mayor Independencia Económica a través del desendeudamiento con el FMI, quita de la deuda pública, estatización de las AFJP y empresas esenciales -como Aerolíneas Argentinas, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), Correo Argentino, Astillero Río Santiago, Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) y la creación de ENARSA-. Soberanía política con reivindicación permanente sobre nuestros derechos internacionales como las Islas Malvinas y poniendo en práctica la verdadera Justicia Social redistribuyendo socialmente la riqueza como lo demuestra la AUH, jubilación de amas de casa y otras tantas medidas. Todo ello en el marco de la construcción de la Patria Grande desarrollando en forma decisiva y contundente los lazos en la región, constituyendo a la UNASUR como base para la construcción de un Proyecto Nacional y Latinoamericano. Y, sin duda, sumando a esto la prioridad de la defensa de los Derechos Humanos, innegables en cualquier sociedad que quiere crecer con memoria, verdad y justicia.
Es importante destacar que lo estratégico y contundente en la dirección de nuestra economía es que la hemos vuelto a América del Sur, al MERCOSUR, porque sabemos que en la integración regional encontramos una de las mejores defensas que podemos tener contra un mundo difícil y plagado de desafíos que debemos enfrentar.
Las implacables y permanentes reacciones de la UNASUR y el MERCOSUR demuestran a estos grupos de poder concentrados que quieren volver a un pasado de colonialismo y dependencia, que la Región ha cambiado. Está fortalecida, unida y creciendo sobre la base de nuestra historia, con un pensamiento nacional, popular, democrático, inclusivo, transformador y revolucionario, en el marco de lo que entendemos como nuestra “Patria Grande”. Basada en los principios Sanmartinianos y Bolivarianos que hoy más que nunca tiene plena vigencia. Construyendo y garantizando, en el día a día, una Patria socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana. Nuestra propuesta es continuar y profundizar este proyecto político.
Tenemos el orgullo y el honor por los compañeros que ya no están y por nuestra propia historia, de estar desarrollando un tercer período consecutivo de gobierno nacional, conducidos por Néstor y Cristina quienes, sin lugar a dudas, nos han demostrado que nunca han dejado las convicciones de lado y han garantizado la permanente lucha por una Argentina más justa, más equitativa, más solidaria.
“La organización de la riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar del Pueblo, dentro de un orden económico que atienda al desarrollo de la Justicia Social”
Juan Domingo Perón